FS18 - Perder los hábitos
Se estaba dando bien, pero en ese último mes y medio casi echo a perder el año.
¡Hola! Soy Salvador Serrano. CEO de mendesaltaren. En los últimos años he ayudado a decenas de empresas a crear sus marcas y productos digitales. Mientras tanto, hemos hecho crecer mendesaltaren hasta lo que es hoy.
En este lugar, comparto mis impresiones sobre diseño, liderazgo, personas y cultura.
Había estado bastante convencido de conseguirlo. Se estaba dando bien. Pero en ese último mes y medio casi echo a perder el año.
Escribo esto mientras vuelo hacia Fuerteventura, después de alargar mis vacaciones tras un dos mil veintitrés que finalicé verdaderamente saturado.
Volando reviso los propósitos del año y creo que se ha dado bien. No he conseguido todos los que me había propuesto. Al menos no según la formulación que proponía. Pero si me voy a la raíz sí que se ha dado bien. No he cumplido mi objetivo de aprendizaje todos los meses, pero sí lo he cumplido muchos. No he escrito una edición al mes de esta newsletter, si no que a veces he escrito dos, y a veces ninguna. No he hecho el deporte que esperaba (natación y bicicleta) pero he hecho mucho más del que esperaba y me siento en forma (crossfit).
El único problema, probablemente, ha sido el último mes y medio. En ese último mes y medio casi echo a perder el año. El tiempo que llevo sin escribir estas cartas. Estaba en racha, había eliminado hábitos negativos. Había borrado Instagram, leía todos los días y escuchaba podcasts y audiolibros interesantes. Había dejado hasta de morderme las uñas, siguiendo un consejo aprendido en Hábitos Atómicos. Ni peco de original ni lo pretendo.
Pero los que me leéis (los que os borraréis con esta edición) sabéis que he faltado a mi compromiso bisemanal. En realidad no me preocupa demasiado. Soy una persona más bien dispersa y de otras personas más bien dispersas como yo he aprendido que puede ser algo bueno. Solo que no me gusta el cómo ha ocurrido ni el por qué.
En el fondo todo se debe a una decisión. Una oportunidad de proyecto que aparece de la nada. Crear un prototipo partiendo prácticamente de cero para una startup de USA dedicada a la cadena de suministros en alimentación. Un dashboard bastante complejo y en tres semanas. No teníamos equipo disponible, pero una mezcla de ganas de ayudar, no saber decir que no, y ambición siempre por crecer y alcanzar nuestros objetivos internacionales me hicieron decir que sí. Que lo haría a ratitos con ayuda de Sara Rivera, Head de diseño de producto del equipo. Le dedicaríamos media jornada más o menos. Ja. Lo siento, Sara.
¿La realidad? Sacamos el proyecto adelante. No sé ni como. La clienta contenta. Pero por el camino otra vez la vida patas arriba. Para realizar todos esos propósitos hace falta tiempo. Y si estás trabajando todo el día te queda lo justo para una versión de mínimos. Basta una decisión mal tomada, una sobreestimación de tus capacidades. Perdona, Sara. Te metí en un lio.
Durante tres semanas trabajáis como campeones y sacáis adelante un proyecto complejo. Te sientes inteligente. Pero no remontas fácilmente. Has vuelto a perder el tiempo en Instagram. Has vuelto a comer mal. Has vuelto a estar de peor humor. Te has desconectado de lo estratégico. Porque para lo estratégico hace falta tiempo para pensar. Y te has desconectado del equipo, porque para el equipo también hace falta tiempo. Media hora uno a uno a la semana con cada una de las personas clave. Por lo menos. Tiempo para escuchar. Sigues haciendo ejercicio, afortunadamente eso ya es innegociable. Da igual si te llama la NASA para diseñar el producto que salvará el mundo. Sin deporte no hay interfaz ni mundo. En Independence Day también iban al gimnasio.
Claro, quien te va a decir a ti que en esas tres semanas no te va a pedir ayuda también tu padre para una cosa (y se hace porque estas cosas hay que hacerlas) y te va a tocar trabajar los findes. Y además te vas a apuntar a dar un par de charlas (que eso sí que querías hacerlo) y te vas a estresar considerablemente. Y ya no son tres semanas si no un mes y pico.
Me cuesta mucho recuperarme de estos periodos. Aunque por suerte la línea base de mis hábitos está mucho más arriba, cada vez que me meto en una de estas destruyo muchos de ellos. Los pierdo, y recuperarlos cuesta después bastante tiempo. Volver a darse cuenta. Volver a reaccionar. Volver a borrar, a cambiar, a adquirir.
Escribí en una edición pasada que el equilibrio no existe. Que la vida es una sucesión de desequilibrios concatenados donde solo se percibe un balance cuando alejas la vista y eres capaz de ver cómo contrapesaste unos y otros. Sigo pensando lo mismo pero pienso también que cada vez me compensa menos desequilibrarme tanto.
En este dos mil veinticuatro pienso ponerme serio con uno de los grandes objetivos: aprender a decir que sí y que no con mayor sabiduría. Para ello, además de los típicos propósitos de año nuevo, me he inventado algunos apartados más. Uno de ellos es una serie de líneas rojas. Esas líneas son aquellas cosas que quiero hacer en mi día a día para estar bien y llegar a ser quien quiero ser. La regla que me he impuesto es no renunciar a más del veinte por ciento de dichas líneas rojas. Si una decisión me exige renunciar al veinte por ciento o más, la respuesta de base es no.
También he creado dos listas más: una para quién quiero ser y otra para quién no quiero ser. Por aquello de la identidad. A ver qué tal me va.
Gracias por leer Fundamentos Serrano.
Hasta aquí el fundamento de hoy. Si te ha gustado, no olvides darme un ❤️ y compartirla con quien consideres. Si tienes algún comentario, lo que sea, te invito a conectar conmigo en redes y dejarme tus impresiones.
Pues me ha encantado, que un tio de tu perfil sea tan humilde y honesto ayuda a muchos. Gracias por compartir aprendizajes y errores.
Salvador, la verdad es que me ha llegado a la médula. Justo por mil azares y marrones llevo dos semanas sin ir a Nadar y casi falto hoy a hacer ceramica. Tienes toda la razón en que la prioridad máxima deberíamos de ser nosotros mismos, para evitar esa cadena de desencajes que ocurren cuando lo estamos bien…
Te agradezco que compartas estos Aha moments del día a día 🙌