FS08 - Diseñar por diversión
Tanto hablar de negocio, de métricas, de optimización. Se nos ha olvidado diseñar por diversión. Experimentar, jugar, disfrutar.
¡Hola! Soy Salvador Serrano. co-CEO de mendesaltaren. En los últimos años he ayudado a decenas de empresas a crear sus marcas y productos digitales. Mientras tanto, hemos hecho crecer mendesaltaren hasta lo que es hoy.
En este lugar, comparto mis impresiones sobre diseño, liderazgo, personas y cultura.
Hace dos semanas, en el contexto de un festival de música que se realiza en mi ciudad, me invitaron a participar a un encuentro de carteles.
Me invitaron mis amigos de Fellas, que además de ser un estudio referente, son animadores culturales de primera. Mi primera reacción fue decir que no. Estoy muy ocupado, esto y lo otro. Yo sabía que no era del todo cierto. Es verdad que estaba ocupado, pero no dije que no por eso. Me negué por miedo. Miedo al juicio externo, a no hacer algo que no sea brillante, a decepcionar, miedo a exponerme. Miedos de perfeccionista.
Por fortuna mi curiosidad ganó la partida y el domingo me puse a ello. Me animó ver el carácter lúdico de la actividad. No se trataba de ganar. No se trataba de hacer algo increíble, ni novedoso, ni complicado. Se trataba de divertirse y ser auténtico. El brief, reproducido textualmente de un audio de Whatsapp:
“A ver, tienes que coger una canción de un grupo de los que van y ya está. Representarla como te salga a ti de los santiiiiiiiiiisimos”
Hice lo que se me indicó. Lo que me dió la gana. Me divertí haciéndolo. Miré un par de referencias, escogí dos tipografías. Decidí hacer algo entre lo retro y lo fanzinero. Busque una imagen. Me compliqué lo justo y estuvo bien. Por primera vez en mucho tiempo diseñé por diversión. Cuando ya lo tenía empecé de nuevo a juzgarlo. Que si vaya mierda, que si me lo tenía que haber currado más. Que si tal. Ahí está otra vez el perfeccionismo y el diálogo interno que había conseguido apartar durante un rato.
Se realizó una pequeña exposición donde vino gente, entiendo yo, del mundo del diseño. A algunos los conocía, a otros, no. Había tanta heterogeneidad en los carteles como personas se habían animado a participar. Cosas más o menos arriesgadas, propuestas ilustradas, tipográficas, incluso troqueladas a mano. Propuestas de corte internacional y propuestas zeta. Propuestas muy conceptuales y propuestas muy obvias. El nexo era la diversión. Se supone que también las canciones. Yo estaba un poco nervioso, exponerme siempre me produce ansiedad.
Durante el evento el tono general de todo el mundo era liviano. Celebrar el acto de crear. Se repetían las felicitaciones. Una colega me dijo que reconocía cuál era el mio porque era la única persona cuyo trabajo en diseño no conocía previamente . Y que lo reconocía por descarte. El resultado fue un buen puñado de propuestas gráficas frescas, desenfadadas, espontáneas.
Se había hecho para divertirnos. Divertirnos diseñando. Divertirnos, sí, con nuestro trabajo. ¿Cuándo dejamos de hacerlo?
Máximo Gavete habló en su Newsletter Honos sobre un diseño que aspira a la relación. Que deje de mirar a sus homólogos ingenieros para encontrar su lugar. Tanto hablar de negocio, de métricas, de optimización nos ha hecho aburridos. Se nos ha olvidado la capacidad del diseño para expresar una forma de ver el mundo. Para expresar una particularidad. Para divertirnos. Se nos ha olvidado que para experimentar, para transgredir, para explorar, hay que divertirse. Alejar el juicio. No se trata solo de quitar importancia al error y de convivir con él. En ocasiones conviene que esa palabra ni siquiera exista. No se puede errar en un universo donde todo tiene cabida.
Tanto hablar de negocio, de métricas, de optimización. Se nos ha olvidado la capacidad del diseño para expresar una forma de ver el mundo. Para expresar una particularidad. Para divertirnos. Se nos ha olvidado, creo, que para experimentar, para transgredir y para explorar también hay que divertirse.
Y que está bien. Que está bien hablar de optimización, de métricas, de negocio y de funnels. Pero también está bien divertirse, brindar, hacer unos carteles. Tirar de meme. Retocar la foto de tu amigo. Hacer camisetas estúpidas. Explorar y jugar y hacer que tu profesión te permita esos espacios donde todo vale y donde lo importante es divertirse y conectar. Que la innovación, la diferencia, la experimentación, surgen de la espontaneidad. De la ingenuidad. Que el próximo trend en diseño lo está creando un adolescente ruso que hace sus primeros pinitos en una herramienta de diseño. Ahí nacen las macrotendencias. En gente que, sencillamente, se divierte.
Pienso ahora en un concurso de carteles que hicimos hace unos meses. Pienso en que hicimos un concurso y me apena pensar en qué habría pasado si no hubiera sido un concurso si no un encuentro. Un momento para jugar en vez de competir.
Gracias por leer Fundamentos Serrano.
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¡Hay que divertirse! ¡Di que sí!
Te agradezco la cita y te mando un abrazo, Salvador